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Hemorragia
La hemorragia es la salida de sangre total de un sistema vascular como resultado de un daño en la pared del vaso. La hemorragia puede provocar un shock y, a diferencia de las hemorragias, es una situación de riesgo vital inmediato.
Las hemorragias pueden dividirse en:
- interno – la sangre fluye desde los órganos internos, por ejemplo, los pulmones, los riñones, el estómago en las cavidades del cuerpo
- externa: la sangre fluye fuera del cuerpo.
Una hemorragia interna es especialmente peligrosa, ya que a menudo es difícil de detectar, y la sangre que fluye hacia las cavidades corporales puede, al presionar sobre diversos órganos internos, causarles daños.
La hemorragia externa suele ser el resultado de un traumatismo y requiere una contención inmediata, ya que la pérdida de tan sólo 1 litro de sangre pone en peligro la vida.
Según otra división se puede distinguir:
- hemorragia venosa – la sangre es de color rojo oscuro, fluye uniformemente
- hemorragia arterial – la sangre es de color rojo brillante, bien oxigenada, pulsante
- Hemorragia capilar: la sangre fluye desde los vasos arteriovenosos.
Las hemorragias más frecuentes:
- de los pulmones
- del tracto digestivo
- del tracto genital
- de una hemorragia externa.
- En todos estos casos, ¡llama inmediatamente a un médico! Cuando se detiene la hemorragia, se forma un coágulo.
- SÍNTOMAS DE HEMORRAGIA
- debilidad general
- Pulso rápido y apenas perceptible (pulso filiforme)
- sensación de falta de aire
- disminución de la presión arterial
- ojeras en torno a los ojos
- inquietud
- tinnitus
- sudores fríos
- palidez de la piel y de las mucosas
- con el tiempo, la pérdida de conciencia.
CAUSAS DE LAS HEMORRAGIAS
La hemorragia externa suele estar causada por un traumatismo, en el que se rompe un vaso sanguíneo y se daña la piel.
Las hemorragias internas pueden producirse como consecuencia de un traumatismo, aunque no haya ninguna lesión externa. También puede ser el resultado de una enfermedad.
DIAGNÓSTICO
El lugar de la hemorragia interna puede determinarse mediante un examen radiológico (ecografía) o endoscópico. Si se sospecha de una hemorragia intracraneal, debe realizarse un TAC o una RMN.
Cómo detener una hemorragia nasal
- Inclina la cabeza hacia delante y pellizca las alas de la nariz con los dedos.
- Poner compresas frías en el cuello o en la parte posterior de la nariz.
- Si la hemorragia no se detiene después de 10 minutos, acuda al médico.
Cómo detener una hemorragia intensa
- Acueste al herido y levante la extremidad lesionada.
- Limpie suavemente la herida, pero no extraiga nada de la misma (por ejemplo, un cuchillo, un trozo de vidrio, etc.)
- Aplique presión sobre la herida utilizando una gasa, un vendaje, una compresa, etc.; si hay algún objeto extraño todavía en la herida, evite aplicar presión directa.
- Mantenga la presión sobre la herida envolviendo la compresa firmemente con una venda o tiras de tela.
- Si el apósito se satura de sangre, no lo retire, sino aplique otro apósito y envuélvalo bien.
CONSEJOS DEL MÉDICO
✓ DO:
- en caso de hemorragia grave e intensa, llame inmediatamente a una ambulancia.
✓ NO LO HAGAS:
- dar líquidos o medicamentos
- dejar el torniquete puesto durante más de 1 hora.
- Tras consultar a su médico, puede aplicar compresas de jugo de hoja de aloe vera, que favorece la curación.